Caminar sobre el agua


por Breyten Breytenbach

Si tuviera que proponer un rumbo, diría que las páginas que vienen no son, propiamente hablando, de un discurso sobre poética, sino más bien un par de causas en torno a poemas, aproximándose al borde de la sanidad (desde cualquier lado) con un equilibrio de curiosidad y distancia táctil, no un disgusto. Cuanto menos sepas más tacto y circunspección deberás tener. No sería ni la historia de un período, tradición o modo en específico, tampoco de algún/a poeta. La situación del poema podría ser destacada. Porque hay varios lugares en poesía: magia, misticismo, juventud, el foro, la respiración, la historia, la memoria, la pérdida... También es el lugar de un diamante brillando.

La función o los trabajos serán una preocupación principal. El poema es como el poema hace, y creo en esa paradoja de que la poesía aprende el "cómo" mucho antes que el entendimiento del "por qué". La escritura es un proceso de conciencia creativa y por lo tanto, de la creación del sí mismo, ya que la conciencia está expresada a través de un vector, de todas maneras, abstracto. La naturaleza o la intención de ese "sí mismo" es su preocupación secundaria.

Al ser así, me gustaría dar un vistazo a algunos datos contradictorios: el poema como desordenado e ilegal en tanto realidad; el poema basado en los fragmentos que intentan abarcar o imitar un todo; como movimiento quieto o quietud en movimiento. Verás, la posición del poema puede cambiar, aunque el problema es desde siempre el mismo, desde que se hizo conjuro audible y visible. El poema es una cápsula de espacio y tiempo, siempre está terminado -no puedes ni añadirle tampoco quitarle nada- mientras que nunca se completa al punto que ha sido consumido (consumado) por ti, Lector/a. De seguro, así será así tantas versiones originales como lectores haya, ya que cada participante encubre su propia lectura; el poema está inserto en su objetividad y, a pesar de todo, siempre dependerá del lector para su última y completa afinación. El mundo está lleno de extraños. Finalmente, es una ecuación simple, operada con invisibles e indecibles como aquellos que pueden ser vistos y dichos, y ellos están como "conscientemente huyendo de las palabras", que los pueden acarrear pero no retener. La palabra se hace mundo, densa y explosiva, aunque el sentido -su ubicación y alcance- depende de si o es desencadenado entre palabras o todos sus componentes y contingencias constituyen el verso: prosodia, línea, forma, textura, armonía, disonancia, silencios, rupturas.

La práctica de la poesía -contrario a la venida del poema- puede, por otra parte, ser descrito como un deporte ocioso articulado por las indignidades del tiempo.

Con la idea en mente uno quisiera trazar algunas nociones y mecanismos de consciencia como parpadeando en los escritos de los antiguos chinos, de Rimbaud, Lorca, Celan, Vallejo, Pound... y examinar presencia/ausencia y vacío/lleno, sobre cómo los poemas son escritos en el tiempo posible.

¿Podemos decir que el objeto de escribir poemas es crear un microcosmo "más verdadero que la Naturaleza misma"? (Tsung Ping). En tal caso, ¿estamos involucrados en una restauración de un aliento vital y universal? ¿Hacemos esto por el entendimiento de las líneas "internas" de las cosas (las que re-presentamos), con miras a reparar las relaciones que tenemos con el otro?

Aunque estas "líneas de fuerza" solo puedan comenzar (conjurando la encarnación) sobre una base de vacío (el Vacío). "Nada pertenece a la característica [...] ni aun su propio "rastro"... El esquema... solo recuerda fronteras, intervalos, una red espaciada sin apropiación posible." (Jacques Derrida, Memorias del Ciego).

Sin embargo, en poesía como en el universo: sin el Vacío no hay circulación del aliento y en consecuencia, no hay forma de opuestos que, juntos, aseguran una armonía. Y de eso se puede decir que la armonía no es posible sin movimiento.

¿Cómo sabes que mi tipo de viaje no me rejuvenece en una forma oscura? Fernando Pessoa se pregunta en "Un viaje que nunca hice". U otra vez, más tarde en el mismo texto: "... mi salvación descansa en los intersticios del inconsciente."

Vacío, expectativa, resonancia... deben ser construidos en un verso -¡por supuesto, dentro de la palabra misma! Luego, cuando la escritura llega al punto de ser auto-evidente, "sin rastros ni huellas dactilares", se mostrará como una emanación natural del papel, cuyo sí mismo es el Vacío. Esto "invisible" escrito, lo que tiene que venir en el papel, la semilla eyaculada, el derrame de su blancura, prolongarán y purificarán el "afuera de la página" y el "más allá de la página". "Conscientes de lo Blanco conteniendo lo Negro: el camino al misterio"- esto fue dicho por Huang Pin-Hung respecto de la pintura.

En este contexto, observamos a la naturaleza del poeta, cómo la escritura es un medio para inventar el sí mismo -aun cuando la primera persona singular, a quien que encontramos y hacemos morisquetas en el espejo. "Este ojo que lo ve ve ciego al sí mismo" (Derrida) Buscamos caminos (peligrosos) en que el verso defina, invoque, limite el futuro. Tratamos de observar al poeta como chamán, curandero, historiador, mago, agente de transformación, camaleón. Nos encontramos con el poeta como forajido y como terrorista.

Avanzamos.

Solo el Tao (rastrear, descubrir, escribir, caminar la corriente) puede obviar o limpiar el Dharma (la Ley, la Enseñanza).

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