Neruda & yo
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Mi relación con Pablo Neruda ha sido peculiar. La primera vez que tuve noción de la poesía fue por él. Iba en primero básico y en el texto escolar de español había varios poemas ilustrados para niños. Recuerdo “Piececitos de niño” de Gabriela Mistral y la “Oda al caldillo de congrio” de Neruda. Según la profesora yo leía bastante bien y por eso me seleccionó para leer ese poema en voz alta en un acto del colegio. Ni idea lo que estaba haciendo ni idea que estaba participando de esos rituales escolares (y marciales) que hoy me parecen agotadores, creo que solo recuerdo el aplauso de la gente. Esta anécdota la he reconstruido gracias al relato de otras personas.
Después, Neruda apareció en formato de libro. Creo que leí Crepusculario y el clásico Veinte poemas de amor… Lo extraño es que en medio de mis lecturas se coló el conocido Cuentos de la Malá Strana de Jan Neruda, un pariente que no es pariente ni nada que ver. Cebada de otro costal.
Me pasa que en Pablo Neruda veo una enciclopedia de poetas chilenos. A lo largo de su obra creo que puedes encontrar al mejor, al peor, al empalagoso, al panfletero, al de la buena mesa, al soñador, al machista, al iluso, al de voz sempiterna, al surrealista, al profeta, al clásico, al imaginativo, al burdo, al parralino. Suma y sigue. Como si fuera Fernando Pessoa, cambiándose el nombre una sola vez y viviendo con ello. Trabajos como Residencia en la tierra y Canto general son obras que harán vivir a la lengua española más allá de su propia ruina. Cuando un idioma deje de ser hablado, sus últimos suspiros estarán en sus monumentos literarios, en los estudios publish or perish del mañana.
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Lengua de Neruda. Praga, 9 de julio de 1834. Nace a Jan Nepomuk Neruda. Es registrado en los libros al efecto del Imperio Austriaco. Estudió filosofía y derecho. Hizo una carrera en el diario nacional de Praga que se publicó entre 1861 y 1941. Murió el 22 de agosto de 1891. Publicó doce libros. Seis de poesía y seis de cuentos. También escribió comedias que se representaron en su época. Llega al mundo hispanoparlante en 1922 con la primera traducción de Cuentos de la Malá Strana, con buena probabilidad su único trabajo íntegramente en español a la fecha. Directamente del checo, la versión de W. F. Reisner se publicó por editorial Calpe en la ciudad de Madrid. Y llega en circunstancias que Pablo Neruda ya firmaba como tal desde octubre de 1920, como ha pesquisado Hernán Loyola. Se ha descartado que exista una relación de causa-efecto entre el nombre de nuestro poeta. No obstante, de la sincronicidad del sustantivo propio Neruda. El patronímico checo encuentra otro lugar en la literatura en Estudio en Escarlata (1887) de Arthur Conan Doyle, con la violinista Norman-Neruda. De ahí que Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto tomó el nombre propio por el que sigue siendo conocido.
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Neruda antes de Neruda. La obra de Jan Neruda encuentra en los Cantos cósmicos (Písně kosmické, 1878), a la poesía como una cosa humana y a la extensión del intelecto del poeta que va pensando a la naturaleza y no en la naturaleza en el papel sobre el tratamiento de las cosas en el lenguaje. Su escritura intenta despegar la comprensión estética de las cosas como una relación del alma con el mundo. En Motivos sencillos (Prosté motivy, 1883), que aumenta el universo de Cantos cósmicos, y Cuentos de la Malá Strana (Povídky malostranské, 1878) se observa la entrada a la fascinación con el mundo, como un cuerpo va abriéndose camino en la percepción de las cosas del universo. La obra de Neruda rompió con el romanticismo en su propia tradición y es parte del ethos checo.
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Tres veces Neruda. Archivos de literatura perdida.
I.
Recibí
un ejemplar de Motivos sencillos, no
la primera edición de 1883, sino una de 1903. Está algo en los huesos, necesita
de una reparación urgente, de un empaste precioso. Me dicen, en este libro (Jan)
Neruda canta a las estaciones. Y en mi cabeza varias asociaciones sobre eso.
Desde las sinfonías de Glazunov y Vivaldi hasta el eco de Wendy Carlos en
sintetizador. Y en poesía, el clima y las estaciones son, han sido y serán
material de construcción. El clima, pese a todo. Como una forma de enhebrar una
conversación cualquiera. O de retornar a una posible conversación que tenga un
rumbo inesperado. Pronto mi amigo Tilo Nurmi va a lanzar su libro Estaciones,
donde el comienzo y término es otoño. Le escribo para comentarle esta sincronía
con Jan Neruda, aunque éste comienza a hablar desde la primavera y termina en
invierno. De las primeras líneas, algo entiendo: “y el / frenesí de la
primavera / crujió / por el borde”.
II.
Más
atrás en el tiempo, no recuerdo cuándo, exactamente, adquirí un ejemplar de Cuentos de la Malá Strana. En ese
entonces creía que el Neruda checo era la base del apellido-seudónimo del no
nacido como Pablo. También creía que Frédéric Mistral tenía que ver con
Gabriela. Los nombres son los que cada persona decide llevar. Y cargar. El
último cuento del libro se llama “fragmentos de un idilio encontrados entre los
apuntes de un aspirante a la abogacía”. Como yo, aquél entonces, con todas esas
fantasías de estereotipos, novelas de viejo ilustrado y pedanterías de cuello,
corbata y escritorio. La romantización del oficio que luego Kafka va
desbordando con sus estigmas al tomar el lápiz y azuzarlo. Lo cierto es que la
profesión de abogado va en un progresivo desvanecimiento. Cuando el abogado no
es sino un operador, un programador de cerrojos. Sin embargo, las historias del
ejercicio son como cualquier otra. Lo excepcional es el lenguaje, la mirada
intransigente que traspasa lo cotidiano. La llave que abre una puerta que no
existe, una puerta que existe solo porque hay una llave. La llave que se dice.
Neruda basa sus cuentos en un lado de la ciudad de Praga, en las faldas del
castillo y la catedral de San Vito. La Praga más barroca. Como de un sueño, que
ocurre en el tramo entre el hospoda (el bar) y el lugar donde uno
duerme. En la Bohemia austrohúngara, en el mismo lugar te embriagabas y te ibas
a dormir. O referir un poema escrito por Ale del Río con el bar del escritor
como telón de fondo. Barrio chico, Malá Strana. Pencazo de destilado. Slivovice,
el favorito de muchos.
III. Librería de viejos, Liberec. La idea es encontrar algo sorprendente. El anticuario tiene dos sectores. Uno con libros de segunda mano. Y el otro con joyas, primeras ediciones. Por ahí Seifert, Nezval, Teige, Biebl, Holan, las vanguardias checoslovacas. Los precios no superan los cientos de coronas. Hay algunas traducciones al alemán. Los anaqueles escupen los Cantos cósmicos. Pago el libro con plata chilena. El librero era coleccionista de monedas y billetes de otros países. Se canta al cosmos, como el Cántico cósmico de Ernesto Cardenal, editado 111 años después del nerudiano. En los propósitos y motivos, algunas similitudes. El universo concentrado en cuarenta y tres cantigas. Desde el Big Bang (“en el principio no había nada / ni espacio / ni tiempo / El universo entero concentrado / en el espacio del núcleo de un átomo”) hasta el Omega. El tiempo de cada libro. En el caso nerudiano treinta y ocho cantos por donde brota el conocimiento de la humanidad y su cohabitación con la naturaleza. El ser humano como una molécula en el vasto universo. El lenguaje de la ciencia y la poesía se juntan, entre la lírica, la rima, el ritmo, la observación del cielo y el universo. La poesía como pensamiento científico. Estoy preparando unas versiones de los que más me llaman la atención, los cantos 21 y 22. Leones y sapos.
XXI
(Y el hombre habla:)
Como leones golpeamos los barrotes
Como leones
enjaulados
estamos
amarrados a la Tierra
y nos
gustaría llegar a los cielos.
Parece que
de las estrellas se oye una voz
“Vamos
señores, acérquense más
un poco más
cerca, ¡orgullosos
cuyos pies
de tierra han visto!”
¡Vamos a
ir! Perdóname, madrecita.
Ya eres
pequeña como nosotros, Tierra.
Atemos
nuestros pensamientos a un rayo
y nuestros
pies galoparán con vapor.
¡Vamos a
ir! Nuestro espíritu crece
y las venas
se nos agitan de deseo,
de deseo
ferviente por el mundo
¡casi
rompiéndose el corazón!
Nos
acercamos, nos acercamos
habitamos
todo el mundo
golpeamos
los barrotes con fuerza de león
¡y vamos a
romper la jaula!
XXI
(A mluví člověk:)
Jak lvové bijem o mříže,
jak lvové v kleci jatí,
my bychom vzhůru k nebesům,
a jsme zde Zemí spjatí.
Nám zdá se, z hvězd že vane hlas:
“Nuž pojďte, páni, blíže,
jen trochu blíže, hrdobci,
jimž hrouda nohy víže!”
My přijdem! Odpusť, matičko,
již jsi nám, Země, malá,
my blesk k myšlénkám spřaháme
a noha parou cválá.
My přijdem! Duch náš roste v výš
a tepny touhou bijí,
zimniční touhou po světech
div srdce nerozbijí!
My přijdem blíž, my přijdem blíž,
my světů dožijeme,
my bijem o mříž, ducha lvi,
a my ji
rozbijeme!
XXII
Los sapos se sentaron en un charco
levantaron
la vista hacia el cielo
un sapo
anciano les enseñó
un cráneo
duro.
Les enseñó
el cielo
les
representó los crujidos de la luz
habló de
los observadores de estrellas
así como de
los “lunares del mundo”.
Dijo que su
exploración estelar
fue
extrañamente guiada
por veinte
millones de millas
esto es,
solo el codo de uno.
Bien,
digamos por ejemplo
— si
creemos en los lunares—
Neptuno
está a treinta codos
y Venus a
tres cuartos.
Entonces se
refirió al Sol
— las ranas
estaban maravilladas—
el sol,
según Strouhal, está
a
trescientas mil millas de la Tierra.
El sol que
nos sirve
gira a
nuestro alrededor
corta la
eternidad en un año
y en una
jornada de trabajo.
Es difícil
decir qué son los cometas
no lo que
deciden ser
con todo,
no es razón
para
juzgarlos tan fácilmente.
No son tal
vez un todo feliz
No son tal
vez un todo maligno
pero se
habla de uno en particular.
Se habla del
caballero Lubieniecki:
en cuanto
sus rayos
llegaron
desde algún lugar
los
zapateros en una cantina
empezaron
una pelea vergonzosa.
Entonces él
dijo las estrellas
de todo el
cielo
son soles
de varios colores
verdes,
azules, rojos.
Si usamos
el espectroscopio
su luz dirá
que en las estrellas
también
encontraremos metales
de los que la Tierra se compone.
El sapo viejo se detuvo. Sorpresa
entre los sapos que susurraban.
Un sapo pregunta qué más
se tiene que saber del mundo.
“Nos gustaría saber una cosa más”
levanta la cabeza con la mirada, y acota
Si hay criaturas como nosotros allí
¡los sapos también están allá!
XXII
Seděly žáby v kaluži,
hleděly vzhůru k nebi,
starý jim žabák učený
odvíral tvrdé lebi.
Vysvětloval
jim oblohu,
líčil ty
světlé drtky,
mluvil o
pánech hvězdářích
zove je
“Světa krtky”.
Pravil, že
jejich hvězdný zkum
zvláštní je
mírou veden,
dvacet že
milionů mil
teprv jim
loket jeden.
Tedy že,
řekněm pro příklad
– věříme-li
v ty krtky -,
k Neptunu
třicet loket je,
k Venuši
jen tři čtvrtky.
Rozmluvil se pak o Slunci
– žáby jsou divem němy -,
ze Slunce že by nastrouhal
na tři sta tisíc Zemí.
Slunce že velmi slouží nám,
paprskovými klíny
štípajíc věčnost na rok a
směnkové na termíny.
O kometách že těžká řeč,
rozhodnout že to nechce,
míní však, že by nemělo
soudit se příliš lehce.
Nejsou snad všecky nešťastny,
nejsou snad zhoubny všecky,
o jedné ale vypráví
sám rytíř Luběněcki:
sotva se její paprsky
odněkud k nám sem vdraly,
vskutku se v glinské hospodě
hanebně ševci sprali.
O hvězdách potom podotknul,
po nebi co jich všude,
skoro že samá slunce jsou,
zelené, modré, rudé.
Vezmem-li pak pod spektroskop
paprslek jejich světla,
že v něm naleznem kovy tyž,
z nichž se i Země spletla.
Umlknul. Kolem horlivě
šuškají posluchači.
Žabák se ptá, zdaž o světech
ještě cos zvědít ráči.
“Jen bychom rády věděly,”
vrch hlavy poulí zraky,
“jsou-li tam tvoři jako my,
jsou-li tam žáby taky!”
[5]
Última estación del recorrido de “La Chascona”, a las faldas del cerro Tupahue. Antes de entrar a la casita, una placa algo inexacta, auspiciada por la cámara de diputados checa y los residentes en Chile, conmemora a Jan Neruda. La fecha 5 de junio de 2000. El algo inexacto es que nuestro poeta haya tomado el nombre por relación directa. La asociación es solo de patronímico. O el parecido buscado en otra patria, en un espejo de lo que conozco y desconozco a la vez. Y que, algunas veces, me visita como un fantasma. Esperando, quizás, vertebrarse en algo más que nostalgia. Solo esperando.
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